Estas barreras pueden ser, entre otras, físicas, de información, de comunicación, institucionales o de actitud y limitan la participación en la sociedad de las personas con deficiencias o impiden el disfrute de uno o varios derechos, generando una diferenciación en el acceso a las oportunidades respecto de la población en general.
Eliminar las barreras que limitan la inclusión social de las personas con discapacidad es una responsabilidad de todos, y puede representar una disminución importante en la percepción de la discapacidad como una limitante para el pleno desarrollo de las personas.