Este tipo de discapacidad implica una disminución de la movilidad total o parcial de uno o más miembros del cuerpo, la cual dificulta la realización de actividades motoras convencionales.

Las principales consecuencias que puede generar la discapacidad motriz son varias, entre ellas, movimientos incontrolados, dificultades de coordinación, alcance limitado, fuerza reducida, habla no inteligible, dificultad con la motricidad fina y/o gruesa.

Causas

Entre los factores que producen la discapacidad motriz, pueden mencionarse los infecciosos (poliomielitis), los virales (Síndrome de Guillain Barré), los reumáticos (accidentes Cerebros vasculares y artritis reumatoidea), los neurológicos (malformación arteriovenosa en médula o cerebro, parálisis cerebral, esclerosis múltiple, mielomeningocele, traumatismo cráneo encefálico y espina bífida), los musculares (distrofias) y los que guardan relación con los traumatismos (amputaciones, lesiones medulares y traumatismo cráneo encefálico).

Características

La mayor dificultad que se le presenta a una persona con esta discapacidad para lograr su independencia son las barreras arquitectónicas, las cuales impiden o complican su desplazamiento (cordones de vereda, escalones, puertas angostas, rampas mal diseñadas, veredas rotas, alfombras, baños no adaptados, transporte público sin rampa, entre otras). Si dichos obstáculos son superados, quienes forman parte de dicho colectivo social podrían desarrollarse con mayor facilidad en todos los ámbitos sociales, culturales y educativos de los que participan.

De acuerdo al grado de limitación de la visión, se suele distinguir entre personas ciegas, que no obtienen información a través del canal visual; y personas con disminución visual, quienes en cambio sí la adquieren mediante dicho canal.

A su vez, dentro del grupo de personas con disminución visual hay diversas manifestaciones, las cuales se rigen de acuerdo al tipo de limitación, ya sea por agudeza o por campo visual. Esta clasificación no es exhaustiva, pero sirve a grandes rasgos para trazar una distinción entre los tipos de discapacidad visual más frecuentes.

En el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión.

Este tipo de discapacidad se muestra por una disminución total o parcial de la vista. Se debe tener en cuenta el campo visual (espacio visible con la mirada fija en un punto) y la agudeza visual (capacidad del ojo para percibir objetos).

Hay dos diferentes clasificaciones de la disminución de la vista que son:

Ceguera: Pérdida completa del sentido de la vista.

Disminución visual: pérdida parcial del sentido de la vista.

 

Causas

Los motivos que pueden ocasionar una limitación visual total o parcial se dividen de la siguiente manera:
·   Causas previas al nacimiento (prenatales): se trata de una limitación visual hereditaria o congénita
·   Causas durante el nacimiento (perinatales): se trata de una limitación adquirida al momento de nacer
·   Causas posteriores al nacimiento (postnatales): se trata de una limitación adquirida en algún momento de la vida, y que puede darse por traumatismo, enfermedad o vejez.

Es un déficit total o parcial en la percepción que se evalúa por el grado de pérdida de la audición en cada oído.

Las personas con esta discapacidad se distinguen entre:
* Sordas: poseen una deficiencia total o profunda.
* Hipoacúsicas: poseen una deficiencia parcial, es decir, que cuentan con un resto auditivo el cual puede mejorar con el uso de audífonos (aparato electrónico que amplifica los sonidos).

La discapacidad auditiva aparece como invisible, ya que no presenta características físicas evidentes. Se hace notoria fundamentalmente por el uso del audífono y en las personas que han nacido sordas o han adquirido la pérdida auditiva a muy temprana edad, por el modo de hablar.

Clasificación y causas

Según su origen, las podemos clasificar en:

Genéticas: son hereditarias

Adquiridas: la discapacidad se adquiere durante alguna etapa de la vida

Congénitas: estas, a su vez, se clasifican en prenatales, por una enfermedad que adquirió la madre durante el embarazo (sarampión o rubéola); y peri natales, por traumas del parto, prematurez, partos prolongados y anoxias (falta de oxígeno).

La discapacidad auditiva no viene acompañada necesariamente de otra discapacidad, lo que destierra el mito de que las personas sordas tienen un intelecto menor.

La edad de comienzo de la sordera es un factor a tener en cuenta, por eso se divide en congénita, del nacimiento a los tres años y después de los tres años.

La discapacidad intelectual es un estado de la persona. No se trata de una enfermedad, sino de un estado que acompañará a la persona a lo largo de toda su vida.

Su definición ha variado con el correr de los años, sin embargo hoy el término más aceptado es el de discapacidad intelectual, que hace hincapié en que el déficit se ubica en su desarrollo intelectual.   Lo más importante, en este sentido, y más allá de cualquier nominación, es que no se pierda el concepto de la persona en su dimensión integral.

Causas

Si bien no se conocen, varios autores sostienen que son orgánicas (algunas hipótesis afirman que el autismo es producto de  infecciones congénitas, anomalías genéticas y cromosómicas, lesiones cerebrales o alteraciones metabólicas), mientras que otros opinan que se trata de cuestiones psicológicas (su desarrollo emocional queda perturbado por el ambiente familiar).

Autismo y retraso mental

El autismo es un trastorno que puede ser causa de retraso mental, pero no necesariamente (aproximadamente el 75%  de los/as niños/as autistas padecen retraso mental) deviene de éste.

¿Es una discapacidad?

La Organización Mundial de la Salud incluyó las consecuencias de trastornos como el autismo en su nueva Clasificación de Funcionamiento, Discapacidad y Salud (I.C.F.), aprobada en el año 2001. De esta manera, las personas con autismo pueden ser consideradas oficialmente como personas con discapacidad.

Por nuestra parte, en el movimiento asociativo de personas con discapacidad psicosocial consideramos que las mencionadas deficiencias de la sociedad, las padecen una diversidad tan amplia de personas con discapacidad psicosocial, que pueden definirse, identificarse o reconocerse de varias maneras, como por ejemplo las siguientes:

Personas usuarias de servicios de salud mental

Sobrevivientes de abusos por práctica psiquiátrica

Personas que experimentan o han experimentado cambios de ánimo, miedo, escuchan voces o tienen visiones

Personas que experimentan o han experimentado, crisis o situaciones complejas en salud mental

Personas que experimentan o han experimentado locura

Atención a personas con discapacidad física:

– Pregunte si la persona con discapacidad requiere ayuda. Si la acepta, solicite que le explique lo que debe hacer y cómo.

– No toque sus elementos de ayuda (muletas, caminador, bastón) ni separe a las personas de estos, a menos que lo solicite.

– No tome a la persona con discapacidad de los brazos cuando se traslade. Hágalo únicamente en los casos que sea solicitado.

– No la apresure y evite jalarla bruscamente o empujarla.

– No deje objetos recargados o colgados en sus elementos de ayuda, estos no son muebles.

– No empuje la silla de ruedas de una persona o tome el brazo de alguien que camina con dificultad sin preguntarle si puede ayudar.

– Cuando ayude a una persona usuaria en silla de ruedas, tenga cuidado de no golpear personas, muebles u otros objetos.

– Lo más importante es seguir las instrucciones de la persona usuaria. Es quien mejor sabe cómo se debe manejar la silla de ruedas y cómo quiere ser conducido.

– Si usted está de pie, busque en qué sentarse o póngase en cuclillas. Es difícil para la persona en silla de ruedas mirarlo hacia arriba, además puede marcar una relación jerárquica.

– Diríjase a la persona por su nombre.

– No transporte a las personas usuarias de silla de ruedas, a menos que ellas lo soliciten.

– La silla de ruedas también es parte del espacio personal de la persona con discapacidad. No se apoye ni la mueva sin su permiso. Para el supuesto en que la persona usuaria enfrente limitaciones en las actividades relacionadas con el uso de las manos y los brazos.

Estas personas pueden requerir apoyo para:

– Abrir o cerrar puertas.

– Abrir o cerrar paquetes

– Firmar documentos

– Transportar carga

Traslados a pie:

– Si la persona utiliza muletas o bastones, no se debe apresurar.

– Si la persona presenta dificultad para llevar peso mientras camina, sube y baja escaleras, se le debe consultar si necesita ayuda para llevar sus pertenencias (mochila, portafolios, etc..) o cualquier otro peso.

Atención a personas con discapacidad visual:

Preséntese e identifíquese.

– No jale del vestuario o del brazo.

– Informe los documentos de los cuales está haciendo entrega y lo que usted está haciendo. Se sugiere utilizar expresiones como: “al frente suyo se encuentra el formato” o “hago entrega de la documentación”, “voy a sacar una fotocopia de…”, con el fin para que la persona ciega esté debidamente enterada.

– Oriente con claridad utilizando expresiones como: “a su izquierda encuentra”, “a su derecha esta” y otras semejantes.

– Puede hacer uso de las palabras ver, mirar, observar, etc., con total tranquilidad.

– Cuando la persona con discapacidad visual tenga perro guía, no lo separe de éste, no lo jale, distraiga, consienta, dé comida o sujete por el arnés y permítale entrar antes que la persona usuaria, ya que este representa sus ojos y su seguridad.

– Preste su ayuda, siempre y cuando sea solicitada. Si requiere guiar a la persona con discapacidad visual, pose la mano de la persona sobre su hombro o brazo.

– Elimine obstáculos para crear ambientes sin riesgos (puertas semiabiertas, objetos tirados en el suelo, cables de corriente, entre otros).

– Advierta de posibles obstáculos que hay a su paso, indique el lugar en el que está o por dónde camina. No debe dejar a la persona sola sin advertirle, podría pensar que sigue acompañada y hablar al vacío.

– Cuando ofrezca un objeto, indique a la persona dónde está colocado.

– Al ofrecer un asiento, coloque la mano de la persona con discapacidad en el respaldo de la silla o en el brazo del sillón, informado su posición respecto al asiento.

– Cuando le entregue el dinero a una persona con discapacidad visual, indíquele el monto o valor que le está dando, primero en billetes y después en monedas.

Atención a personas con discapacidad auditiva

Asegúrese de dirigirse directamente a la persona con discapacidad y no a su intérprete o acompañante.

– Siempre hable de frente y articule las palabras en forma clara y pausada, la persona necesita ver sus labios.

– Hablar claro, naturalmente y no muy rápido.

– Evite taparse la boca y voltearse cuando está interactuando con una persona sorda, ya que algunas tienen la habilidad de leer los labios.

– Trate de que su cara sea completamente visible (es decir, que las manos no bloqueen la boca al hablar).

No realice gestos exagerados acerca de lo que se está explicando.

– Debido a que la información visual cobra gran importancia, tenga cuidado con el uso del lenguaje no verbal o corporal.

– Repita las indicaciones o la información si es necesario.

– No debe alzar exageradamente la voz, a menos que se lo solicite.

– Revise si la persona lee, esto puede facilitar la entrega del mensaje.

– Si no entiende lo que la persona con discapacidad auditiva está tratando de decir, solicítele que lo repita o si le es posible que lo escriba. No aparente que ha comprendido lo transmitido, es importante establecer una comunicación efectiva.

– Si usted va a comunicarse por medio de un texto escrito, sea breve y claro. Tenga en cuenta que una persona sorda le responderá con frases cortas y concretas y que, no todas saben leer y/o escribir.

– Mostrar paciencia y disposición por ayudar a la persona sorda.

Atención a personas con discapacidad mental

– Diríjase directamente a la persona con discapacidad y no a su acompañante. Recuerde incluirla siempre en las conversaciones.

– La información que brinde debe ser en mayor parte visual, con mensajes concretos y cortos.

– Se debe explicar una cosa a la vez, despacio y en forma concreta.

– Si la persona tiene dificultades para comunicarse, tenga paciencia y dele el tiempo que necesita para evitar que se ponga nerviosa.

– Asegúrese de que la persona comprendió la atención e información entregada.

– Entregue la información de manera sencilla y lenta.

– Mantenga la calidad en la atención y el servicio prestados. El hecho de que una persona con discapacidad no entienda los conceptos con la velocidad y precisión que los demás, no significa que se brinde un trato de menor calidad.

– Sea paciente al hablar con una persona con discapacidad intelectual, al dar explicaciones y escucharlo.

Atención a personas con discapacidad mental

– Diríjase con respeto.

– Realice el saludo de manera habitual.

– Realice preguntas cortas, en un lenguaje claro y sencillo.

– Confirme que la información brindada fue comprendida perfectamente.

– Tenga en cuenta las opiniones y sentimientos expresados por estas personas.

– Si llegara a suceder que la persona eleva la voz o se altera, usted no haga lo mismo, hay que mantener la serenidad y evaluar la situación. Evite discusiones.

– Busque soluciones concretas y reales a la situación que le plantea, no dilate la situación.

– Tenga paciencia: puede ser que la persona no pueda expresarse al mismo ritmo que piensa y eso le dificulte el nivel de expresión.

– Tenga empatía: hágale notar a la persona que usted la entiende y se pone en su lugar.

– No hable de su limitación con calificaciones ni juicios.

– Mantenga una actitud abierta y de escucha activa.

– Informe con claridad, de forma regular y sistemática acerca de las actividades que deben realizar.

– En una crisis se debe permanecer en tranquilidad y brindar apoyo, como se haría con cualquier persona. Pregunte como puede ayudar y averigüe si hay una persona de apoyo a quién recurrir.

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